Viñeta de El Roto |
La mayoría de libros perece al poco de ver la luz; la inmortalidad se reduce a un par de semanas en la mesa de novedades, como reza esta viñeta de El Roto. Y es que cuando un libro no tiene buena acogida, las pequeñas librerías y las grandes superficies lo devuelven a las editoriales, las cuales almacenan esas obras a la espera de darles una mejor oportunidad.
Así es como las novelas vuelven a la mesa de los establecimientos, pero a precios mucho más bajos. Hay algunas que tienen suerte y pasan a mejor vida, las estanterías de lectores, pero hay otras que ni con esas consiguen venderse. De este modo, son devueltas otra vez a las editoriales, quienes acaban con su sufrimiento destruyéndolas.
Hace un mes, el diario El Confidencial dedicaba unas líneas a la vida de los libros. A pesar de que esto no es un secreto, cada vez que vuelve a la palestra mediática sorprende a los amantes de los libros, quienes se preguntan si no habrá otra solución. Lo cierto es que donarlos a bibliotecas o asociaciones no es rentable, es más barato destruirlos. Venderlos a empresas de reciclaje es la solución menos compleja, aunque no nos guste nada. Y eso que con esta venta las editoriales, no hablemos ya de los escritores, ganan apenas nada. El libro vuelve a ser libro o revista o periódico y el ciclo se pone en marcha de nuevo.
Es sabido que se publican muchísimas obras más de las que se venden: en 2014 se editaron en España 246 millones de libros, de los que se vendieron 153. Las cuentas, desde luego, no salen y es casi imposible imaginar cuántos libros hay esperando que alguien se fije en ellos, cuántas obras hay cruzando dedos para que les pase lo que a Los mares del sur, de Manuel Vázquez Montalbán, novela que encontró un crítico en una rebaja en una estación de tren y que le apasionó tanto que decidió presentarla a un premio internacional, galardón que ganó...
Madre mia... Es que si te paras a pensarlo da una penica... pero no podemos comprar todos los libros y mucho menos leerlos, nos faltan vidas...
ResponderEliminarHi! Da mucha pena que el trabajo de escritores, editores... acaba siendo destruido, pero todo esto se puede deber a precios altos y a escasa publicidad. Pero como es lógico, un lector no va a comprar un libro que no le llame.
ResponderEliminarDuele pensarlo pero hay que tomárselo con frialdad porque así es este mundillo. Las cifras, desde luego, son demoledoras por eso hay que arrimar el hombro y comprar. En mi caso, a pesar de que ya tengo libro electrónico, pongo mi granito de arena comprando o regalando libros en papel para que suban las ventas, este año calculo que compré más de 20 libros, varios de ellos como digo para regalarlos y creo que no siempre nos debemos de excusar de que los libros tienen precios demasiado altos en nuestro país para no comprarlos porque lo que se debe es saber buscarlos/elegirlos, por ejemplo mi última compra es una edición preciosa de Austral en tapa dura de uno de los títulos de Shakespeare por 10,95 euros, a mi no me parece algo excesivo.
ResponderEliminarPor otra parte me ha parecido muy curiosa la anécdota de Montalbán, que no la conocía y me ha gustado mucho tu entrada.
Besotes Marina
Si te fijas en el fondo es como la vida..morir para volver a nacer formando parte de otra cosa
ResponderEliminarEstá claro que las editoriales son empresas que tienen que ganar dinero. Pero creo que existen otras opciones antes que destruirlos. Darlos a bibliotecas o fundaciones solidarias o incluso rebajarlos en buenas ofertas son opciones que creo que no deberían descartarse antes de tiempo.
ResponderEliminarEs una pena que a un libro le pase eso, sobre todo cuando un autor ha puesto tanto empeño en ello, y me llevo toda la semana planteando eso, que un libro que se publica por una editorial no muy conocida, o por un autor no muy sonado, que no tiene tantos medios para publicitar su obra muchas veces queda en el olvido, y estoy segura que es una gran obra, pero no tiene la repercusión que uno que tenga buenos medios para ello, es una pena :(
ResponderEliminarMe imagino una nave gigantescas con todos esos libros "olvidados".
ResponderEliminarSon libros tristes que hablan entre ellos sobre lo que cuentan sus páginas, las ilusiones que habían puesto en ellos sus autores o simplemente no hacen más que lamentarse en lo que pudo y nunca fue.
Por lo menos les queda la esperanza de volver a los estantes de las tiendas aunque sea a un precio menor.
Yo también soy una devoradora de libros, me quedo por aquí.
No tenia idea que pasara esto con los libros, aunque si me preguntaba como funcionaban las editoriales para poder ganar dinero.
ResponderEliminarMadre mía, qué triste todo. Constantemente me había preguntado qué pasaba en estas situaciones pero no había visto mi pregunta contestada. Qué dolor :'(
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