Debería haber publicado esta reseña hace tres meses. Siento no haberlo hecho a su debido tiempo, aún más cuando formaba parte de la iniciativa de PriceMinister, que envió libros a muchos blogueros, todo aquel que quiso participar, con el objetivo de elegir las mejores novelas de 2012. Entre los títulos propuestos me decanté por Cuando todo cambió, de Donna Milner.
Natalie Ward vuelve a su hogar después de treinta años sin pisar la que fue su casa en la infancia y adolescencia. Su madre se está muriendo y ya no puede posponerlo más: ha llegado el momento de enterrar el pasado. Ahora la protagonista deberá enfrentarse a aquellas cosas que tanto tiempo lleva ocultando, las mismas por las que abandonó Atwood, su pequeño pueblo, por la gran ciudad, abandonando a su madre y a sus tres hermanos.
Natalie recuerda, durante el viaje de vuelta a casa, cómo fue su vida en esas tierras. Así, el lector viajará a la década de los sesenta. Una época convulsa que está muy bien retratada. En este sentido, el movimiento hippie y el conflicto de Vietnam serán los protagonistas. Y es que la tranquilidad de la familia de la protagonista se verá alterada con la llegada de River, un atractivo hippy antibelicista que llega a Canadá tras desertar del ejército. Con él todo cambiará y ya nada volverá a ser lo mismo.
La historia está narrada en primera persona, pero también en tercera, aunque esta voz se usa solamente en aquellos capítulos, muy pocos, protagonizados por la madre de Natalie, Nettie, quien en el hospital se debate entre la consciencia y la inconsciencia.
La prosa es sencilla, aunque muy cuidada. Por otro lado, las reflexiones del personaje principal, que ahora mira atrás con la perspectiva que le han dado los años, es el eje a partir del cual se estructuran los hechos. Asimismo, abundan las descripciones, que contribuyen a que el lector se haga una idea no solo de cómo son los personajes, también de los escenarios en los que transcurre la historia: la familia y la vida en la granja quedan perfectamente retratadas.
La novela ocupa unas trescientas cincuenta páginas. Hasta pasada la mitad no sucede nada relevante, aunque el lector adelantará fácilmente algunos de esos acontecimientos cruciales en la vida de la protagonista y que se reservan para el final. Cabe decir que los saltos temporales se suceden, pero no hay lugar a la confusión entre el pasado y el presente.
Estamos ante un libro de lento discurrir, además de predecible, si bien hay hechos inesperados. Es esta descompensación la que hace que la novela pierda fuerza: a mí no me atrapó hasta bien entrada la historia y conforme iba leyendo no creía aquello que estaba sucediendo. Al estar concentrados todos esos secretos hacia el final, por muy bien que encaje todo, esto hace que la trama pierda solidez y más cuando los acontecimientos se suceden uno detrás de otro a cada cual más trágico que el anterior. Sin embargo, a pesar de todo, admito que el desenlace me hizo emocionarme.
La novela me ha dejado un sabor más bien agridulce: no me ha gustado el desarrollo de los hechos ni cómo se han presentado, pero sí me ha gustado cómo se han resuelto. Si he de equilibrar la balanza, lo negativo, en este caso, pesa más que lo positivo. ¡Qué sensación tan rara! ¿Os ha pasado lo mismo que a mí con este libro u otro?
Natalie Ward vuelve a su hogar después de treinta años sin pisar la que fue su casa en la infancia y adolescencia. Su madre se está muriendo y ya no puede posponerlo más: ha llegado el momento de enterrar el pasado. Ahora la protagonista deberá enfrentarse a aquellas cosas que tanto tiempo lleva ocultando, las mismas por las que abandonó Atwood, su pequeño pueblo, por la gran ciudad, abandonando a su madre y a sus tres hermanos.
Natalie recuerda, durante el viaje de vuelta a casa, cómo fue su vida en esas tierras. Así, el lector viajará a la década de los sesenta. Una época convulsa que está muy bien retratada. En este sentido, el movimiento hippie y el conflicto de Vietnam serán los protagonistas. Y es que la tranquilidad de la familia de la protagonista se verá alterada con la llegada de River, un atractivo hippy antibelicista que llega a Canadá tras desertar del ejército. Con él todo cambiará y ya nada volverá a ser lo mismo.
La historia está narrada en primera persona, pero también en tercera, aunque esta voz se usa solamente en aquellos capítulos, muy pocos, protagonizados por la madre de Natalie, Nettie, quien en el hospital se debate entre la consciencia y la inconsciencia.
La prosa es sencilla, aunque muy cuidada. Por otro lado, las reflexiones del personaje principal, que ahora mira atrás con la perspectiva que le han dado los años, es el eje a partir del cual se estructuran los hechos. Asimismo, abundan las descripciones, que contribuyen a que el lector se haga una idea no solo de cómo son los personajes, también de los escenarios en los que transcurre la historia: la familia y la vida en la granja quedan perfectamente retratadas.
La novela ocupa unas trescientas cincuenta páginas. Hasta pasada la mitad no sucede nada relevante, aunque el lector adelantará fácilmente algunos de esos acontecimientos cruciales en la vida de la protagonista y que se reservan para el final. Cabe decir que los saltos temporales se suceden, pero no hay lugar a la confusión entre el pasado y el presente.
Estamos ante un libro de lento discurrir, además de predecible, si bien hay hechos inesperados. Es esta descompensación la que hace que la novela pierda fuerza: a mí no me atrapó hasta bien entrada la historia y conforme iba leyendo no creía aquello que estaba sucediendo. Al estar concentrados todos esos secretos hacia el final, por muy bien que encaje todo, esto hace que la trama pierda solidez y más cuando los acontecimientos se suceden uno detrás de otro a cada cual más trágico que el anterior. Sin embargo, a pesar de todo, admito que el desenlace me hizo emocionarme.
La novela me ha dejado un sabor más bien agridulce: no me ha gustado el desarrollo de los hechos ni cómo se han presentado, pero sí me ha gustado cómo se han resuelto. Si he de equilibrar la balanza, lo negativo, en este caso, pesa más que lo positivo. ¡Qué sensación tan rara! ¿Os ha pasado lo mismo que a mí con este libro u otro?
Este libro nunca ha estado en mi lista de pendientes y seguirá así.
ResponderEliminarEn ese caso, no creo que lo lea si me lo encuentro, gracias por la reseña. :)
ResponderEliminarA mí sí me daba curiosidad, pero visto lo visto creo que lo dejaré pasar.
ResponderEliminarUn besito y feliz martes.
Yo no participé en esa iniciativa ya que no había ningún libro que me llamara la atención. Después de tu reseña, confirmo que este libro no es para mi.
ResponderEliminarLo de que sea lento y encima predecible nos quita bastante las ganas de leerlo, la verdad.
ResponderEliminarVAya... es la primera reseña negativa que leo.. En principio tengo curiosidad, aunque de momento no se encuentra entre mis predilecciones.
ResponderEliminarBesos!
No me disgustaba la idea de leerlo pero no es la primera reseña que leo que dice que es una novela lenta y que no le ha acabado de convencer...y cada vez tengo menos ganas.
ResponderEliminarUn beso!
Mi entrada relativa a esta iniciativa también llegó con bastante retraso. Y, el resultado tampoco ha sido muy satisfactorio
ResponderEliminarNo sé, no me acaba de convencer, aunque quiza le de algo de cancha.
ResponderEliminarBesos
Es la primera reseña que leo que no lo pone tan bien. De todas formas, yo creo que acabaré dándole una oportunidad y es que a mí estas historias de secretos familiares siempre me llaman la atención.
ResponderEliminarUn beso!!
A mí me gustó mucho, al principio tampoco la historia me atrapó pero fue mejorando a medida que avanzaba y el final me encantó e hizo que me quedase con una valoración global positiva
ResponderEliminarbesos
Vaya, pues siento que no te haya gustado tanto (y más porque fui yo quien eligió el libro para la iniciativa!!). A mí es que me encantó, y aunque no pasara nada relevante al principio, estuve muy metida en la historia, no sé.
ResponderEliminarEn fin, que tampoco nos puede gustar todo a todos :)
Ay, a mí me encantó. Fue uno de los libros que más me gustaron de lo que leí el año pasado =)
ResponderEliminarBesotes
Pues yo no sabía si leerlo o no porque hay algo en el que no me llama la atención y no sé que es. Creo que prescindiré de su lectura.
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