Es uno de esos libros de "mírame y no me toques". Desde hace unas semanas mi estantería alberga la primera, espero de muchas, obra ilustrada por Benjamin Lacombe. Él pone el dibujo y Sébastien Perez, también de origen francés, el texto en el álbum Ruiseñor.
Cuando cada uno de los niños del campamento recibe un trozo de papel decorativo, procedente de una de las paredes de la mansión en la que se alojan, con un breve poema sobre ellos escrito en el reverso, todos jugarán a ser detectives y tratarán de averiguar quién se esconde tras las poesías. Les ayudará en tan difícil tarea el único adulto: Don Jacobo, el intendente.
El autor de los versos parece ser alguien que los conoce muy bien: una pequeña persona, grande de corazón eso sí, que se siente sola y ve en las palabras, que tan bien conoce, el vehículo perfecto para dar rienda suelta a sus sentimientos. Primero, pondrá sus emociones por escrito, pero después, llegado el momento y una vez superada la timidez, decidirá ponerles voz ¡y qué voz! Él es el Ruiseñor.
Los tonos empleados en las ilustraciones ayudan a situarse en la época en la que se ambienta la historia, los años cincuenta. Son colores apagados, melancólicos, que se mantienen hasta el rojo de gran fuerza del final, cuando se conoce la identidad del misterioso emisor. El olor a tinta y a papel también ayudan a evocar otra época.
El autor de los versos parece ser alguien que los conoce muy bien: una pequeña persona, grande de corazón eso sí, que se siente sola y ve en las palabras, que tan bien conoce, el vehículo perfecto para dar rienda suelta a sus sentimientos. Primero, pondrá sus emociones por escrito, pero después, llegado el momento y una vez superada la timidez, decidirá ponerles voz ¡y qué voz! Él es el Ruiseñor.
Los tonos empleados en las ilustraciones ayudan a situarse en la época en la que se ambienta la historia, los años cincuenta. Son colores apagados, melancólicos, que se mantienen hasta el rojo de gran fuerza del final, cuando se conoce la identidad del misterioso emisor. El olor a tinta y a papel también ayudan a evocar otra época.
El libro, de tapas duras y formato rectangular tamaño folio, es una cortísima aunque muy emotiva historia sobre el valor de la amistad. Además, la pequeña obra incluye una serie de desplegables tras los cuales se esconde el misterioso poeta. Y es que, el lector también será uno más de la pandilla de niños detectives y deberá descubrir quién se oculta tras los versos: una persona que siempre ha estado ahí pero que necesita que otras se fijen en él para dejar de sentirse invisible. Resulta complicado, sin duda, encontrar nuestro lugar en el mundo, lo especial que hay dentro de cada uno de nosotros, y para hacerlo es necesario contar con el apoyo de los que nos rodean.
Hay cierto equilibrio entre el texto y las ilustraciones. El primero es breve y tiene un toque humorístico especial. Resulta esencial para entender lo que sucede en cada dibujo. En cuanto a los últimos, estos son, sencillamente, espectaculares: atrapan al lector y hacen que vuelva a abrir el libro una vez terminado.
El texto se haya integrado a la perfección en los dibujos, tan solo en una página las palabras, al estar sobre un fondo más oscuro y ser de color negro, no se leen muy bien. Es el único pero que encuentro a la última obra conjunta de ambos autores franceses.
Hay cierto equilibrio entre el texto y las ilustraciones. El primero es breve y tiene un toque humorístico especial. Resulta esencial para entender lo que sucede en cada dibujo. En cuanto a los últimos, estos son, sencillamente, espectaculares: atrapan al lector y hacen que vuelva a abrir el libro una vez terminado.
El texto se haya integrado a la perfección en los dibujos, tan solo en una página las palabras, al estar sobre un fondo más oscuro y ser de color negro, no se leen muy bien. Es el único pero que encuentro a la última obra conjunta de ambos autores franceses.
El estilo tan, tan peculiar de Lacombe me ha conquistado: sus tétricos dibujos, una rara mezcla de tristeza y alegría, son magníficos. La historia de Perez también merece mucho la pena, aunque el gran peso recaiga en los dibujos.
Como era de esperar, repetiré porque las palabras de uno y las ilustraciones del otro forman una pareja perfecta. ¿Habéis leído algo de ambos? Espero vuestras recomendaciones. Saludos, devorador@s.
Agradecimientos Edelvives
Osssstr...¡muy original!
ResponderEliminarEncima es leer Benjamin Lacombe y enseguida se activa mi radar de: HAZTE CON ÉL.
Me pasa como a ti con el dibujo de Lacombe, una mezcla rara entre tristeza y alegría, es...no sé.
^3^
Es que este señor del dibujo ya tiene un nombre por ese mundo más que merecido. Sus ilustraciones son una mezcla encantadora :). Abrazos.
EliminarYo tengo varios libros ilustrados como este, alguno de Lancombe y me encantan!
ResponderEliminarSuelen ser así historias cortitas pero llenas de mucho sentimiento y sobre todo con un mensaje.
Buscaré este que me ha llamado mucho la atención.
Un beso
Dácil
Sí, son historias muy breves pero intensas que te hacen pensar. Un beso para ti también :).
EliminarEs uno de los pocos álbumes de Lacombe que me faltan, pero me haré con él tarde o temprano. Y más después de esta preciosa reseña *__*
ResponderEliminarYo de estos dos autores he leído Genealogía de una bruja, y es mi álbum favorito. ¿Lo has leído? Es simplemente maravilloso. Y solo de Lacombe, además de este, tengo Blancanieves, Los amantes mariposas (que es otro de mis favoritos), Ondina, y El herbario de las hadas (que todavía no lo tengo, pero que una amiga ya me lo tiene adjudicado como regalo de cumple, *__*).
¡Un besote!
"Ondina" lo leeré próximamente. Tengo fichados todos los que comentas de él y he subrayado especialmente, siguiendo tu recomendación, "Genealogía de una bruja". Un abrazo grande.
EliminarNo conocía el libro pero me ha parecido curioso que haya desplegables y que se le de relevancia a los dibujos. Me anoto el título a ver si puedo echarle un vistazo.
ResponderEliminarMusus.
Los dibujos son los verdaderos protagonistas, claro que si no fuesen acompañados del texto, no tendrían sentido pero son ellos, sin duda, los que hacen que el lector vuelva a abrir el libro maravillado. Besos.
EliminarYo empecé con esto de los álbumes ilustrados a la vez que con el blog y muy experta no soy, pero de Lacombe tengo ya unos cuantos y de Rebecca Dautremer otros tantos.
ResponderEliminarConfieso que me puede la debilidad y como comentaba esta mañana en el blog de Rusta son libros que veo y leo mientras acaricio. Es como si fueran "suaves" ¿A que me entiendes? ¡je,je!
Un beso
Bookworm, es imposible no caer en la tentación y leer todos los libros firmados por ellos. Yo tengo ganas de devorar "Princesas..." de Dautremer: tengo libretas y carpetas en casa con sus ilustraciones y son auténticas maravillas. ¡¡Te entiendo la mar de bien!! :). Besos grandes.
EliminarYo tengo varios de Benjamín, incluido el Herbario de las Hadas que también es de Sebastían Pérez, con la suerte que tengo todos firmados, y este por ambos, así como ilustraciones firmadas, estoy deseando conseguir el del Ruiseñor, me encanta, y bueno otros tantos de REbeca Dautremer que también me tienen loca.. por cierto una amiga mía hace colgantes, camafeos con ilustraciones de Benjamín, hoy compré una con una ilustración del Herbario, son una pasada, este hombre es una maravilla.
ResponderEliminar¡Qué envidia! A mí me encantaría tener el libro firmado, porque me consta que no solo hace un "garabato", se toma su tiempo y hace una pequeña ilustración. La verdad es que los dibujos son una delicia, tanto los de Lacombe como los de Dautremer. Besos.
EliminarAys, lo quiero... Voy a tener que echarle un ojito a este libro, que no lo he visto aún. Me lo apunto en mi carta a los Reyes, que este año he sido muy buena...
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Margari, pídeselo a los Reyes que seguro que te lo traen! Si lo lees/ves ya me cuentas qué te parece, aunque estoy segura de que te conquistará. Un abrazo.
EliminarOoooohhhh... lo tengo que buscar!
ResponderEliminarBesotes
Si lo encuentras, ya me dices qué te ha parecido. Un abrazo.
EliminarPues este no lo conocía pero me encantará seguro, porque me gustan todos los de este hombre. Voy a ver si al menos lo ojeo en la librería.
ResponderEliminarbsos!
Seguramente lo encuentres por la librería, Rosalía. Seguro que si le echas un breve vistazo, te lo traes a casa: ¡no podrás resistirte! Un abrazo.
EliminarUn delicioso regalo... o auto-regalo!!
ResponderEliminarBesos,
Ya ves, Carmen. Ya me cuentas si al final lo compras o te lo regalan y, sobre todo, espero tu opinión sobre él. Besos.
EliminarMe encanta Benjamin Lacombe, tengo varios libros de él y todos son una maravilla.
ResponderEliminarRuiseñor espero que caiga por Reyes.
Un beso!!
Seguro que cae por Reyes, Carla. Ya verás que merece mucho la pena. ¡No querrás prestarlo! Un abrazo.
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