Entre la amistad y el amor...

...hay sólo un paso y la historia que hoy os traigo lo demuestra. Tenía ganas de leer algo procedente del continente asiático y la obra en cuestión me ha durado dos días en la mesita: Flores de febrero de Fan Wu.

Situémonos. Nos encontramos a finales de la década de los noventa en Guangzhou, una de las ciudades más ricas de China. Hasta allí ha ido a parar Ming con el objetivo de estudiar biblioteconomía. A sus diecisiete años es una joven tímida que cree en los príncipes azules. Una de sus pasiones son los libros, como podemos imaginar. En la residencia en la que se aloja conocerá casi por casualidad a Yan. Mayor que ella y completamente diferente en lo que a personalidad se refiere: atrevida, sexy e independiente.

A pesar de ser el sol y la luna ambas se compenetran muy bien, llegando a hacerse mejores amigas. Yan enseñará a Ming el mundo que se esconde más allá de los pupitres de clase. Con ella pasará de ser una niña a una mujer. Cambiará su caracter idealista por uno realista. Tendrá los pies en el suelo y dejará a un lado su imaginación.

La narradora es Ming. Ha pasado más de una década desde que conociera a la que ha sido su única y mejor amiga por un breve periodo de tiempo pues ahora, no tienen trato, aunque ella lo recuerda todo como si fuera ayer.

Es una novela entretenida. Como todas las que proceden del continente asiático que he leído, resulta lenta a páginas pero con ritmo en otras. No es, eso sí, una historia cualquiera. Los personajes no resultan simples y la obra profundiza en esa etapa de la vida, la adolescencia, en el que uno deja atrás la niñez. Todo ello se desarrolla, no hay que olvidar, en un país en el que a pesar de estar a finales del siglo XX aún se tiene muy presente lo tradicional.

Una buena obra que mezcla el presente y el pasado, las nuevas y viejas costumbres, que te acerca a ese lugar que todos conocen y al que, os confieso de paso, me encantaría ir. Me han gustado los detalles sobre la cultura que nos va "regalando" la escritora y la referencia a una buena cantidad de obras clásicas como Cumbres Borrascosas o Cien años de soledad. En síntesis, os invito a viajar a través de sus páginas de la mano de su protagonista: Ming. A mí, el corto camino, me ha merecido el tiempo.  

¡Saludos devorador@s !

Agradecimientos Nabla Ediciones